Desde siempre me da miedo todo.
Consciente de mi absurdo os
digo que odio The Walking Dead y no he visto ningún capítulo. Es más, no sé de
qué va.
Pero sí veo a Jordi Évole y a veces el Mentalista… y cuando más
relajada estás, zas! un impactante anuncio de esta serie con un primer plano de
un muerto amenazante.
Y mi imaginación se dispara. Y mi mente graba esa imagen y
me acompaña durante días.
A media noche, cuando estoy profundamente dormida, se oye
una patada en la puerta, cruje, pequeños y rápidos pasos que se acercan… abro
los ojos y veo a Alberto, agarrado a su almohada, succionando el chupete a toda
velocidad y que para colmo, ha pisado el ipad olvidado por su padre y le
ilumina desde el suelo con un tono azulado.
Tardo un segundo en identificarle, y medio en empezar a
gritar alarmada hasta darme cuenta que no es un zombi.
La pachorra inconfundible de mi marido me gruñe. Agarra a mi
sorprendido hijo y lo acuesta entre nosotros. Ambos se duermen en el momento.
Yo tardo unos minutos en calmar mi taquicardia y mi imaginación.
A la mañana siguiente, todo transcurre con normalidad,
recojo la casa, camas, desayuno, juguetes, ropa… enciendo el ordenador y bajo a
la cocina a por un café. Al final de la escalera, colgando de la barandilla, me
encuentro unas gafas de aumento y montura doradas que no he visto en mi vida.
Me paro en seco, palidezco. Nadie utiliza gafas. No hay nadie en casa. Estoy
sola ¿sola? Y grito:
- ¿hay alguien ahí?
Silencio.
No me muevo. Tiemblo. Mi imaginación vuelve a dispararse: el
zombi, un asesino en serie, no, no, no, para. Estoy de cuclillas en la
escalera. Saco el móvil y llamo a Fernando:
- Hola cari, hay unas gafas en la escalera (la voz
no me sale del cuerpo)
- Si cielo, son del carpintero [¿qué carpintero?]
acabo de estar en casa y bla, bla…
Cuelgo y calmo mi nueva taquicardia procurando no caerme por
las escaleras. Fer va corriendo a todas partes, supongo que el estrés le impide
saludar al llegar a casa.
Entre la magnífica publicidad de la Sexta, los mimos
nocturnos de Alberto y los despistes de mi mariditos van a acabar conmigo. Pero
no será hoy.
Respiro, murmullo algunas palabras feas y me sirvo un café
bien cargado.
FUENTE DE IMAGEN: https://www.facebook.com/SoloTheWalkingDead
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