viernes, 4 de diciembre de 2015

Calcetín Viejo Vestido Nuevo

El lugar donde más besos se dan por segundo es en la puerta del colegio. La mayoría de nosotros abrazamos a nuestros nenes y soltamos una retahíla de besos infinitos y sonoros…Todas las mañanas disfruto de este espectáculo durante unos momentos.

Hace unos días, Alberto me cogió la cara, me obsequió con sus besos y me susurró: “Fabler necesita ropa, tenemos que hacerle un armario lleno.”
Le contesté con un “ya veremos luego” y se fue.
Fabler es un muñeco de trapo que compré por 0,99 € para una promoción, nos quedamos con uno y ahora es de sus juguetes favoritos.
Mi primera intención fue pasar del tema. Fabler necesita ropa ¿y quién no? Ya me gustaría a mí renovar el vestuario.

Después de trabajar me puse a ordenar la colada. Doblando calcetines me di cuenta que mis chicos necesitaban unos nuevos: algunos se quedan sin pareja, otros aparecen con un agujero, otros demasiado desgastados…
La asociación de ideas fue rápida, los calcetines y Fabler tienen el mismo tamaño… podía intentarlo!!!

Por la tarde, Alberto vino con su muñeco para recordarme la actividad pendiente. (Esta vez no me pillas), puse en la mesa unas tijeras y varios calcetines.
No vale que tus chicos pidan y tú aparezcas con todo resuelto. Lo importante es que participen y si es posible que aporten sus ideas.  Y así de sencillo salió:

Paso 1.- Que el calcetín esté limpio, vengaaaaa vale, no es un paso ni no más bien una recomendación. El paso 1 es cortar el calcetín por la punta para obtener un gorro.


Paso 2.- Dar la vuelta al calcetín y hacer un par de mini agujeros a los lados para los brazos.

Paso 3.- Viste al muñeco y decide el largo del vestido. Con las sobras se pueden hacer bufandas y hasta guantes (para éstos últimos hacen falta un par de puntadas).

El  “armario” fue cosa suya, nos comimos las últimas nubes de “mallow tree” (marca inglesa de deliciosas chuches, tan bonitas que dan pena comérselas) y utilizamos el bote de guardarropa.

Todas las noches le cambia de calcetín-traje… pero no se conformó con eso, hoy he descubierto que en el bote están escondidas mis gomas para el pelo y hasta un guante.

La imaginación no tiene límites, tendré que esconder las tijeras…