Fernando
y yo nos miramos emocionados, casi con lágrimas en los ojos y conteniendo el
impulso de saltar. Por primera vez en 7 años salimos dos fines de semana
seguidos sin niños. Uaaauu!
Nos
acercamos a Luchana. Sabíamos que habían transformado los antiguos cines en
salas de teatro y queríamos cotillear. Llegamos con tiempo de sobra para elegir
qué ver, comprar la entrada e irnos a cenar.
Es
una pena que los cines no sean rentables, pero en este caso, la alternativa es
muy atractiva. En vez de vender el local a una tienda de ropa han creado un
negocio para disfrutar del teatro desde 12 € la entrada. Además de un bar de
picoteo, centro para eventos y creo que escuela de interpretación.
Esperemos
que funcione. https://entradas.teatrosluchana.es/
LA
CENA: al ladito, en la calle Trafalgar está NAGOYA, mi japonés preferido.
Cuando vivíamos en Malasaña íbamos mucho y queríamos recodar buenos tiempos. Da
igual lo que pidas. Todo está buenísimo. Mi sueño imposible es tener una fuente infinita de Maki,
Sushi y Sashimi… y no tener que conformarme
con 12 unidades… el precio tan bueno como la comida. http://www.nagoya.es/
EL
ESPECTÁCULO: escogimos un monólogo, “Superman también se toca” de Manuel
Burque. No sé si está recomendado para todos los públicos, es trepidante, escatológico,
sexual y casi obsceno pero muy divertido. Te ruboriza y hace reír a carcajadas.
El escenario es muy pequeño. A veces da la sensación de estar con un grupo de
amigos. Se pasa un rato genial.
Tuve
la suerte de “sorprender” a Manuel, me dio unas bragas para que se las tirara
al escenario cuando el público le aplaudiera. Dijo que no me preocupara, que
estaban limpias. Mi reacción fue automática, le puse las bragas en la cara a mi
santo marido para que lo comprobara… ji, ji … muchas risas.
Un
plan para repetir, lo del teatro digo… lo de las bragas ya veremos.
Y
llegó el domingo. Y llegó la suegra con sus nietos a comer a casa. Todo bien,
muy bien pero no dijo nada de repetir ¿?. Por la tarde fuimos a DINO EXPO XXL http://www.dinosaurios-expo.es/ está
cerca del Palacio de Hielo y lo venden como un plan imprescindible para niños.
Estaba deseando ir porque a mis nenes les encantan estos bichos. Creo que queda
poco para que lo quiten y menos mal.
El
primer error: no venden las entradas por internet. La cola es de al menos 20
minutos con un montón de chiquillos impacientes.
El
2º error: el precio, 6 €/niño y 8/adulto. Para lo que hay que ver le sobran 4 €
a cada entrada.
Tercer
error, al entrar en la antesala te gasean con ambientador de palomitas para que
compres chuches a los niños… ¿en un museo? Si, también. Creo que le llaman
marketing sensorial pero mal utilizado claro.
4º
error, la exposición en sí. Demasiado oscura, demasiada gente, una peli
excesivamente sangrienta, y los 2.000 m se recorren en 10 minutos.
Cuando
tus nenes te dicen: mami ¿nos vamos ya a casa? Bufff sabes lo que pasa.
Si
tienes pensado ir, mejor déjalo. Ve al cine o al teatro. En el Luchana también
hay obras para niños ;-)
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