No
sé por qué, pero en esta fase de crianza lo que más me cuesta es encontrar
tiempo para ir a la peluquería. Voy cuando no queda más remedio, cuando el pelo
está tan largo que ya sólo te ves bien con la coleta.
El
sábado pasado le comenté a Fernando mi intención de escaparme, sabía que
tendría que trabajar y teníamos que organizarnos. Su respuesta fue una
propuesta imposible de rechazar: - tengo que ir a ver un cliente a final de la
tarde, una peluquería llamada “Corta Cabeza”, que te corten el pelo y después
cenamos al lado, en GUMBO, que dicen que está muy bien”
Agarré
con desconfianza a mi taza de café:
- ¿se
te acaba de ocurrir o ya estaba planificado?
- Es
que hace mucho que no salimos…
Y
creo que en casos como éste, una tiene que convertirse en madre flexible y
esposa dócil (exclusivamente en este caso ¿eh?).
- Lo primero que hice fue buscar en Internet Corta Cabeza, con ese nombre me quedé un tanto inquieta. Por la web vi que era uno de estos sitios nuevos, muy modernos, donde te ofrecen un café o refresco nada más entrar, todo muy VIP. En fin…todo por mi chico. (http://cortacabeza.com/#!/home)
- Lo segundo fue cotillear el restaurante para saber si iba en vaqueros o no. (http://www.gumbo.es/)
A
media tarde nos sumergimos en el centro de Madrid, aunque viva aquí no deja de
sorprenderme la multitud de gente, coches y vida en ebullición. Me encanta y lo
disfruto.
Entré
en Corta Cabeza con bastante timidez. El local es impresionante. Rechacé el
café y me senté en un maravilloso Chester de piel verde para leer. La espera
duró poco. El chico que iba a atenderme vino a conocerme (a conocer mi pelo),
estuvimos hablando de lo que quería. Ya sé que es muy básico pero creo que es
la primera vez que miran mi pelo antes de lavarlo.
Vale
que el lugar es muy chulo y es muy agradable que te atiendan bien, pero al
final lo que diferencia de verdad a esta peluquería del resto es el nivel de
profesionalidad de sus peluqueros. Me sorprendió el nivel de mimo, de
concentración y de entusiasmo que empleó para un corte de pelo tan tradicional
como mis capas largas. No sé cómo se comportará cuando le pidan algo más
original o creativo! Nos reímos de mis rizos y casi diría que se divirtió con
ellos.
Es
la primera vez que salgo de una peluquería queriendo volver a entrar.
Después
entramos en GUMBO, justo el local de al lado. Imposible no ser puntual. Me dio
tiempo a verlo con pocos clientes aunque se llenó a los pocos minutos. Parece
que está muy de moda. El local no vale gran cosa. La decoración es muy sencilla
y las mesas están demasiado juntas. Tanto que acabamos hablando con los chicos
de la mesa vecina. La luz se apagó en dos o tres ocasiones en una de ellas
cantaron el cumpleaños feliz, supongo que el consumo de alcohol durante la cena
ayudó a entonar.
Pero
lo importante, y por lo que creo que tiene éxito es por la comida. Es un
restaurante de Nueva Orleans: cocina europea (yo diría que sobre todo francesa)
mezclada con sabores africanos y notas de Jazz.
Cenamos: tomates verdes
fritos con salsa remoulade y gambas (muy rico), flan de ajo con tomate asado
(riquisisisisisimo), bonito ennegrecido con especias a la plancha fuerte (rico)
y de postre tarta de manzana con bourbon (se pasaron con el bourbon).
Mereció la pena y
es un lugar recomendable si te gusta disfrutar de la comida por un precio
moderado (50-60 €). Eso sí, para ir en vaqueros!
No hay nada como
los planes que se hacen con el café de un sábado por la mañana.
Yendo con Fernando hablar con los comensales de la mesa contigüa no es extraño. Lo que es raro es que no acabara él bailando en la barra con los clientes dando palmas... seguro que no te has dejado algún detalle? :P
ResponderEliminarPor lo demás, comparto tu descripción de ir a la pelu con niños... Yo fui hace 3 días, tras dejarles con su madre, la última vez había sido en Hanoi, aprovechando un viaje de trabajo, hará ya lo menos 5 meses. Por cierto, esta ha sido mi primera peluquerA femenina, en más de 10 años en Asia... 20 yuanes (menos d 3 euros) por el corte de pelo más fugaz q recuerdo. Ni agua usó la tía.
ResponderEliminarHola Julio, me dejo muchos detalles ;-)
ResponderEliminarNo bailamos porque no había música, Fer sigue siendo imparable!