miércoles, 5 de noviembre de 2014

Miedo_ Que Viene El Coco

Estamos pasando por una fase de miedos. Algunas escenas me resultan familiares y casi tiernas: “mamá mira debajo de la cama y en el armario… hay un monstruo”.
Sin embargo en otras ocasiones veo a mis nenes temblar de miedo por un ruido, un perro o la oscuridad. Lo que me alarma es la reacción en sí: un miedo desorbitado y difícil de apaciguar.

Le he consultado a una psicóloga infantil, quizá os parezca algo exagerado pero mis niños no tienen la culpa de que yo esté tan verde y perdida en algunas materias. Además la experiencia me está resultando muy positiva y estamos aprendiendo mucho.

El primer ejercicio fue muy obvio: pedir que dibujara lo que le daba tanto miedo. Tardó días en decidir qué pintar y al final lo logró. Dividió una hoja en dos: arriba el monstruo de la noche, un bicho negro de cuatro patas, abajo el monstruo de día, ¡un vampiro!  
Días después saqué este dibujo y le pedí que los ridiculizara: al de la noche lo metió en una lata de sardinas y al vampiro le dibujó como un payaso en plena navidad.
Hemos pasado de no querer mirar la hoja a reírse de ellos.

Y llegó Halloween y sus excesivas decoraciones. Si no tienes niños quizá no te des cuenta pero es complicado hacer la compra con ellos en una gran superficie y pasar a la zona de limpieza por un cementerio con muertos, momias o bichos sangrantes… ¿? Les atrae, les gusta y les da miedo. Todo en uno, como el detergente.
Pero aunque sea una americanada, de esas que nos hacen poca o ninguna gracia, lo copiamos porque si hay algo que no perdonamos en España es una juerga. Y si vas disfrazado mejor.
Y eso hicimos. Una fiesta para niños y padres que aprovechamos al máximo para implicar a nuestros peques.




Recogimos castañas del parque y las convertimos en murciélagos con un poco de témpera y papel. Con vasos de plástico y papel higiénico hicimos fantasmitas. Con bolas de poliespan y más tempera las arañas. Muchas telarañas algunas de algodón, otras de bolsas de basura y otras de verdad, unos fantasmas grandes con botellas de leche y trapos blancos, las piernas de una bruja en la entrada, un par de lápidas y hasta un pequeño túnel del terror, muy básico y con un tesoro delicioso.

Para cenar había dedos, momias, ojos… es decir salchichas, chistorra con hojaldre, mini pizzas, huevos… es increíble la cantidad de recetas que encontramos por Internet, y todo tan sencillo!
¿Y por qué hicimos esto? Porque si un niño decora una fiesta fabricando cada elemento, los monstruos, fantasmas y brujas ya no dan tanto miedo.

La siguiente batalla es vencer el pánico a los perros/animales. Fuimos a Faunia, la primera hora fue terrible, pero con mucha-muchísima paciencia, palabras tranquilas, confianza y mimos conseguimos pasar un día formidable, entramos en los pabellones oscuros sin llorar (Veneno, Sombras Silenciosas y Animales Bajo la Tierra) y tocamos cabras, canguros, ciervos y hasta ¡un dinosaurio de plástico!
Para vencer el miedo a los perros nos han aconsejado ir a los parques y acostumbrarnos a jugar con los perros alrededor. De vez en cuando acercarnos a alguno, pedir permiso al dueño y ver si podemos tocarlo.  Poco a poco lo conseguiremos.

Como veis todas las pautas son muy lógicas. Sobre todo, si un niño tiene miedo no te olvides que:
      - no hay que regañarle ni ridiculizarlo,
      - no te pongas nervioso/a porque te parezca una tontería,
      - y no tengas prisa porque se le pase.


También necesitan tiempo para crecer en confianza y madurez.


2 comentarios:

  1. A mí me da miedo del dibujo del payaso- vampiro!
    JM

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    1. Si da más miedo disfrazado de payaso pero a Nicolás le hace gracias así...¿? bss

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