
Cuando llega la noche y me dejo caer en el sofá deseo un
masaje en los pies. Un poco de fricción por aquí y por allí que me libere de
tensión y cansancio.
Así se lo hice saber a los reyes magos y como soy buena
buenísima me trajeron un aparato de HºMedics que superaba todas mis
expectativas. Al principio lo vi un poco grande, pero tardó un par de segundos
en encontrar su sitio en el salón. Siempre cerca y a mano (o ¿a pies?).

El cacharro es muy bueno, y como todo lo bueno es breve. A
los 20 minutos, y por tu seguridad (¿?), se para. Parece ser que tienen
estudiado que el placer de relajar los pies no debe durar más. Aguafiestas.
Qué buena pinta!!
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