Cuando llega la noche y me dejo caer en el sofá deseo un
masaje en los pies. Un poco de fricción por aquí y por allí que me libere de
tensión y cansancio.
Así se lo hice saber a los reyes magos y como soy buena
buenísima me trajeron un aparato de HºMedics que superaba todas mis
expectativas. Al principio lo vi un poco grande, pero tardó un par de segundos
en encontrar su sitio en el salón. Siempre cerca y a mano (o ¿a pies?).
Han pasado dos semanas, Fer y yo lo utilizamos todos los
días. Casi reñimos por ver quién es el primero en disfrutarlo. Y los niños de
vez en cuando también. Con mucho cuidado lo encienden y apagan. Es como un
tesoro. Además de un masaje Shiatsu para el pinrel, también sirve para que
todos los mini muñecos y animalitos jueguen “al espacio” o “a bailar”. Está
claro, cuando quieres un masaje frío se ilumina una luz azul y si lo prefieres
caliente se enciende en rojo… menuda fiesta.
El cacharro es muy bueno, y como todo lo bueno es breve. A
los 20 minutos, y por tu seguridad (¿?), se para. Parece ser que tienen
estudiado que el placer de relajar los pies no debe durar más. Aguafiestas.
Qué buena pinta!!
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