El pasado fin de semana fuimos con unos amigos de
turismo rural a la Sierra de Cuenca. Gracias a nuestra amiga Marian que es una
organizadora nata pasamos 2 días completos, intensos e inolvidables. Nos
juntamos 9 adultos y 10 niños (entre 2 y 11 años).
● Llegamos
el viernes por la noche. Nos alojamos en una casa grande compuesta de seis
apartamentos independientes. Muy bien equipado, limpio y con un entorno ideal
para los niños. (www.alojamientoslafuente.es).
● El
sábado por la mañana estuvimos paseando por el pueblo. Compramos pan y cena. Fuimos
hasta el río recogiendo moras y jugando sin parar hasta la hora de comer. Cerca
de la casa está el Restaurante Nelia (www.mesonnelia.com),
donde dimos buena cuenta de las Migas y chuletas de cordero para asegurarnos
una buena siesta.
Cada año paso 5 días de agosto en Cuenca, uno está
reservado para subir a Villalba, bañarme en el río y cenar en este lugar. Es
uno de mis días preferidos del año.
● Después de la siesta fuimos
a Las Majadas para visitar Los Callejones. Seguro que todos habéis oído hablar
de La Ciudad Encantada, pues Los Callejones es muy parecido pero más pequeño y
gratis, una excursión genial para tantos niños.
Y por muchas veces que lo
vea, siempre me fascinan las formas que toman las impresionantes rocas por la
erosión, asemejan puentes, arcos, plazas, monolitos… y te hacen sentir muy pero
que muy pequeño.
Al anochecer nos acercamos
al merendero “Fuente de la Tía Perra” (si, ya sé que estos conquenses son
únicos poniendo nombres pero todo tiene su historia), queríamos oír la berrea y
nos habían recomendado la zona.
La berrea es el sonido
gutural que emiten los ciervos en época de celo, normalmente a finales de
septiembre y es el único momento en que se dejan ver, eso sí, de lejos.
Pero llovía mucho, se hizo
de noche y nos limitamos a cenar en una parte techada del merendero. Imaginaros
la aventura que supuso para todos. Con las linternas, mojados, todos sentados
muy juntos para no pasar frío y compartiendo bocadillos.
● El domingo por la mañana,
después de un gran desayuno, fuimos de senderismo tranquilito cerca de la casa.
A la hora de comer nos subimos de nuevo a Las Majadas, se acercaba el momento
más esperado del fin de semana: la visita a El Hosquillo. (www.parqueelhosquillo.com)
El Hosquillo es un parque de
73.726 hectáreas donde crían en semilibertad animales cinegéticos como ciervo,
corzo, gamo, cabra montés, jabalí, y cuidan de especies protegidas como lobos y
osos. Las visitas son guiadas para grupos con un limitado número de personas, y
hay que pedir cita con antelación (648 586 459). El recorrido dura entre 2-3
horas pero se hace corto. Los más pequeños estaban encantados con los animales.
A
mí me impresionó el valle, con su interminable maraña vegetal y bañado por el río
Escabas en compañía de sus tímidas truchas.
La sorpresa inesperada de la tarde fue escuchar la
berrea del ciervo!
Disfrutamos de un fin de semana redondo y a menos de
dos horas de Madrid.
Volveremos pronto.
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