jueves, 7 de noviembre de 2013

El Gorrión Gorrón y Blancanieves Nerviosa

Hoy un pájaro me ha hecho sentir como Blancanieves. 
Es el 2º miércoles consecutivo que como en la misma terraza de Mérida. 
Y el 2º miércoles que me acompaña un gorrión muy gorrón.

Se acerca, mueve la cabeza y cuando no le hago caso me pía. En una esquina de la mesa dejo una patata frita del aperitivo. Se la lleva volando.

Ahora estoy tranquila, me siento bien. Hemos pasado una mañana de nervios, a parte del caos habitual, del tremendo madrugón y los 340 km que me separan de Madrid, hoy nos visitaban del Canal Extremadura para un reportaje. 
Novedad, nervios, risas, hablo yo, hablas tu, ponte aquí, más luz, y una cámara negra que se acerca sin piedad hasta invadir mi espacio. Parece que no tiene zoom. Uno de mis compañeros comenta:
-         - De aquí a Sálvame DeLuxe.
-         - Puaj. Puestos a soñar mejor con Almodovar.
-         - Ya pero con T5 se gana más dinero.
-         - Seguro, pero te quitan la dignidad.

Las palabras fluyen. Ahora no sé que me han preguntado y mucho menos qué he contestado. Ya sé que no es una confesión muy profesional pero es lo que hay.
Me viene a la cabeza la imagen de mi pequeño Alberto, esta mañana a las 6:30 am aparece en mi baño: “mami, estoy seco, esta noche le he dicho a mi pilila que no haga pis”. Besos y caricias.

El gorrión termina su patata y mira mi hamburguesa ¿pero este bicho no sabe lo que es el colesterol? Dice que tiene hambre, que le dé un poco más.
Es curioso lo fácil que es comunicarse cuando hay un interés común.

Después de comer se posa en una silla de la mesa de al lado y me mira. (ver foto rápida de móvil) ¿Es para hacerme compañía o está esperando el postre?


Vuelvo a Madrid desgallitándome al son de las Lágrimas Negras de El Cigala. ¡Olé!

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