lunes, 23 de mayo de 2016

Dientes De Leche Y Ratones


En una de las primeras visitas a casa de mi familia política, mi suegra me mostró un gran tesoro guardado: una caja con todos los dientes de leche de sus 3 hijos. En aquel momento deseé que fueran los únicos huesos que le gustara coleccionar. Me quedé impactada.

El tiempo pasa rápido y en seguida llegó la caída del primer diente de Nicolás. Me produjo una sensación contradictoria, por un lado la alegría y orgullo de ver a tu churumbel crecer y por otro lado la tristeza de ver ese hueso tan blanquito, tan párvulo y tan mío, que dejó un pequeño hueco en su boca y en mi corazón.

No lo tiré. Decidí guardarlo por ser el primero. Después llegaron 3 ó 4 más y he de ser sincera, no he podido tirar ninguno. Uno lo guardé con mis pendientes, otro en la cómoda, otro lo extravié, otro se lo regalé a mi suegra para su colección…

Y mira que me gusta hacer limpieza y arrasar con todo lo que no utilizo, pero con los dientes de leche no puedo.

Acabamos de leer Rútindel (de Dámaris Navarro Torregrosa, Ed. edebé), una preciosa aventura de un niño que pilla in franganti al ratoncito Pérez y éste le secuestra para que no se chive. Muy recomendable y engancha a los pequeños lectores. (+6 años)

Y mi Alberto preocupado porque no se le cae ninguno: - “Que dice mi amigo Mael que tengo que darme un golpe muy fuerte en la boca”. – “Mami, que tengo que comer muchas chuches para que se caigan… pero no me gustan las chuches!”

Parecer ser que los dientes empiezan a caerse a partir de los 5 años, los que tardan en salir, también tardan en caer. Lo normal es que la caída empiece por las piezas centrales y continúe por las que están ubicadas a los lados. 

También han visitado la casa de la familia Pérez situada en la calle Arenal, 8. Un museo muy pequeño (si claro, es la casa de un ratón) y con mucho encanto. Acceso por turnos de visita con plazas limitadas. (http://www.casamuseoratonperez.com/)
Nicolás quedó maravillado porque vio pasar la sombra del Sr. Pérez y Alberto enfurruñado porque no se podía tocar nada y con la firme sospecha de que Papá Noel y los Reyes no existen… es el ratón Pérez y sus familiares quienes reparten tantos regalos!

Entre diente y diente… muchas risas!

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